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Joyas famosas de mujeres famosas

Los afanes de belleza y de poder fueron entrelazándose desde tiempos remotos. Ya en la época en que vivíamos en cavernas, hombres y mujeres procuraban distinguirse mediante atributos externos. Los atavíos y alhajas que hemos lucido desde entonces han ido acompañándonos en el devenir histórico como atributos de poder –político, económico e incluso mágico - en algunos casos y como adjetivos de belleza en otros.

Así, metales como el oro y piedras como el diamante pasaron de ser meros integrantes del entorno a ser codiciados objetos… por el valor que agregaba su posesión.

Cuando de piedras y metales preciosos se trata, la fama no es patrimonio exclusivo de sus dueños: ellas han sido y son famosas en sí mismas. En las próximas líneas daremos una vuelta por las viejas y nuevas divas hollywoodenses, amantes indiscutibles de los metales preciosos; también podremos ver algunos ejemplos de gemas preciosas que se han convertido casi en personajes de la historia.

Preciosas celebridades

Los mejores amigos de las chicas son los diamantes”, cantó Marilyn Monroe en “Los caballeros las prefieren rubias”. Lo hizo luciendo la Luna de Baroda, el collar con un diamante amarillo de de 24 quilates, en forma de pera.

Otra célebre joya es La Peregrina, perla magnífica que posee actualmente Liz Taylor. Es una de las que más controversia ha despertado a su alrededor. Según cuentan las historias, fue un esclavo el que encontró la perla llamada La Peregrina en el golfo de Panamá a comienzos del siglo XVI. Entonces, le fue entregada al rey Felipe II, quien se la obsequió a María Tudor de Inglaterra como regalo de boda. Desde aquel momento, La Peregrina lució en los escotes y vestidos de numerosas reinas españolas, para luego desembarcar en las cortes francesa e inglesa. Finalmente, recayó en EE. UU., donde fue adquirida en subasta por el actor Richard Burton y obsequiada a Liz Taylor, quien a su vez envió el magnífico presente a Cartier para que lo integrara en un collar con rubíes y diamantes.

Una famosa que se suma a la galería es la diadema que Madonna llevó en su matrimonio con el productor Guy Ritchie, celebrado en el castillo Skibo en Escocia. Consta de 765 diamantes pequeños que suman un total de 78 quilates, realzados por dos diamantes más grandes de 2,5 quilates. Cuentan que Madonna se enamoró de esta joya cuando estaba de compras en Londres. Otras dos nuevas bellezas se suman a las de la diva del pop: un anillo de nudillos con diamantes que dice "M-dolla", de 258, el diamante de corte blanco, y una bellísima cruz de tres diamantes, ambos del diseñador Chopard (pueden apreciarse en su álbum Hard Candy).

Brillo en la alfombra roja

En la última entrega de los premios Oscar, la joya de la noche fue la exhibida por Nicole Kidman: un espectacular collar que sumaba 1399 quilates en diamantes de L’Wren Scott y ocupaba todo el escote de su vestido negro de Balenciaga, tanto por delante como por la espalda. Mientras, los pendientes largos con piedras rosas lucían espectaculares, tanto en el esbelto cuello de Penélope Cruz como en el de la bella Heidi Klum.

A Sienna Miller, icono de estilo del momento, le encantan los pendientes largos y mejor dorados que plateados, y a Demmi Moore los aros, eso sí, con una dosis extra de brillo.

Kyra Sedgwick llevó recientemente su brazo derecho lleno de pulseras de oro delgadas y el izquierdo con una pulsera de jade ancha. De igual modo lo hizo Halle Berry, aunque algunas de ellas tenían diamantes. Las chicas de Malibú y Santa Mónica, Kate Hudson, Courtney Cox y Jennifer Aniston, llevaron piedras de madera y pulseras como parte del estilo informal bohemio.

En la entrega de los Oscar del año pasado, la musa de Woody Allen, Scarlett Johansson, lució unos broches antiguos en un lazo que luego usó como cinta para el pelo. Cate Blanchett llevó broches de zafiros rosados, amarillos, lavandas y de margaritas verdes en su pelo.

Música con estilo precioso

La cantante estadounidense Christina Aguilera, que acaba de ser madre y de presentar a su hijo en una revista, es protagonista de una campaña de la línea de joyas de Stephen Webster.

Por su parte, la famosa cantante australiana de dance music Kylie Minogue modeló una pieza única de la joyería española Tous para una premiere. Minogue quedó enamorada del brillo de estas joyas, por lo que firmó un contrato para ser la representante de esta marca durante tres años.

Los muchachos tienen lo suyo. Y es que, a partir del boom en el que se ha convertido el reggeaton, figuras como Daddy Yankee, Don Omar, Tego Calderón e Ivy Queen no se detienen al hacer públicas las grandes cantidades de dinero que invierten en sus joyas y, en otros casos, en sus uñas. Daddy Yankee, autoproclamado el Rey del Reggaeton, prefiere el oro, la plata, el platino y los diamantes, y se dice que tiene invertidos más de cien mil dólares en alhajas. Por su parte, Don Omar, también gusta de exhibir costosas joyas y adquirió recientemente una cadena por la "módica" cantidad de cien mil dólares.

Unas costosas tentaciones

Tom Cruise sorprendió a Katie Holmes regalándole una gargantilla de diamantes de una sola hebra. Al poco tiempo, ella comenzó a lucir un anillo de compromiso de diamantes de cinco quilates.

Heidi Klum lleva un enorme corazón de diamantes con un canario amarillo regalo de cumpleaños de su marido Seal, quien lo compró para combinarlo con el anillo de compromiso de canario que le dio poco antes de que se casaran. También se espera el regreso a la popularidad de las iniciales de diamante, por la "M" de diamantes que llevó Madonna en el concierto Live 8.

Por otro lado, según cuenta el New York Post, en media hora Victoria Beckham gastó 110.000 dólares: 80.000 en un reloj de oro rosado y diamantes blancos de 18 quilates y 15.000 en unos aros, también de diamantes. Su esposo, el futbolista David Beckham, tampoco escatima en obsequios, y para celebrar el reencuentro de las Spice Girls regaló una pulsera de oro a cada una de sus integrantes.

Historias de diamantes famosos

¿Sabía usted que recién en el siglo XV los diamantes dejaron de estar reservados exclusivamente a los hombres? Hasta entonces, eran un signo de poder exclusivamente masculino, y quien concluyó tal monopolio fue una amada del rey francés Carlos VII, Agnes Sorel, quien apareció engalanada con un diamante pulido.

Uno de los más célebres es, ciertamente, el diamante Hope, a quien se le atribuyen poderes que en nada responden a su nombre. Esta gema fue propiedad del rey Luis XIV, y fue denominada oficialmente como "el diamante azul de la corona". Fue robada durante la Revolución Francesa, para luego aparecer en Londres en 1.830, cuando lo adquirió Henry Philip Hope y comenzó a forjarse su reputación de portador de desgracias, que van desde la indigencia y el desamor, hasta la muerte de sus poseedores (la familia Hope, Madame de Montespan, el duque de Brunswick, entre otros).

Finalmente, Harry Winston lo adquirió y lo traspasó al Smithsonian Institute, de Washington, donde se expone en una urna de cristal. Estudios recientes parecen confirmar que este diamante es, en realidad, parte de uno mayor de 69 quilates (que habría sido el robado a Luis XVI) obtenido, a su vez, de una piedra de origen hindú de 115 quilates.

Le sigue en celebridad el diamante Orloff, una gema de 189.62 quilates, de color azul ligero con un toque verdoso, procedente de la India. Su nombre es el de quien, se dice, lo robó por amor de un templo de Brahma. El conde ruso Grigori Orloff, amante despechado de la emperatriz Catalina la Grande, esperó reconquistarla obsequiándole este impresionante diamante. Ella aceptó el regalo, lo hizo engarzar en su cetro imperial y retribuyó al conde con un palacio de mármol… donde se dice que éste murió desquiciado y sin recuperar jamás los amores de Catalina.

No es menor el dramatismo que sigue los pasos del Koh-i-Noor o Montaña de Luz, originaria de la India. Se dice que la piedra pesaba 186 quilates cuando llegó a manos de la Reina Victoria tras siglos de sangre derramada en su derredor entre varios países. Entonces, ella decidió retallarlo, convirtiéndolo en una talla oval de 108.93 quilates. Estuvo engarzada en la corona de la reina madre y, en 1937, se trasladó a la corona que se hizo para la reina Isabel II.

"El que posea este diamante será dueño del mundo, pero también conocerá sus desgracias. Sólo Dios o una mujer pueden usarlo con impunidad” (se atribuye a un proverbio hindú).

© Rosana Ramonda | [email protected] | elaborado para joyaestilo.es

La peregrina