Nuestra memoria asocia la extracción de diamantes con una ubicación geográfica concreta: Sudáfrica. Sin embargo, esta actividad es relativamente reciente en esa zona si la comparamos con las explotaciones históricas de India y Brasil, ya que fue a partir de 1871 cuando el descubrimiento de grandes piedras tuvo como consecuencia el nacimiento inmediato de la mayor mina excavada del mundo: un cráter de más de cuatrocientos metros de ancho y más de mil metros de profundidad.
La mina Kimberley, nombre con el que es conocida (también como "The Big Hole", en inglés), permitió la obtención de tres toneladas de diamantes, para lo cual fue preciso extraer veinte toneladas de tierra; esta titánica tarea fue llevada a cabo por más de cincuenta mil aventureros que se asentaron en esa área inmediatamente atraídos por las perspectivas de riqueza.